Cuando empiezas a pintar, sea en la técnica que sea, siempre te dicen que lo importante no es el resultado. Es decir, que no importa si el resultado es bonito o feo ya que lo que es importante es el proceso.
El tiempo que dedicas a pintar es el mayor regalo para ti y para tu presente (esto último ya es cosecha mía).
Aquí entran dos debates, o por lo menos yo veo dos 🙂
Debate 1
Uno de ellos es subjetivo completamente porque entran los gustos de por medio. ¿Es bonito?¿Es feo? Aquí no hay una opinión objetiva universal porque el arte no provoca exactamente lo mismo en ti que en mi, y a mi me puede traspasar un cuadro de Piet Mondrian y tú pensar que qué diablos es eso con cinta de carrocero y formas cuadráticas y planas.
Arte lo llaman....
El cuadro es el mismo, pero el que observa no. El observador es crucial para opinar si el cuadro es bonito.
Si sigo con mi ejemplo de Piet Mondrian, y pienso que es un cuadro bonito y que me evoca alguna sensación agradable, tiene que ser por algún motivo. Puede ser que sea una persona que adoro la linealidad, que me gustan los colores puros, que me gusta definir los límites, que es agradable para mi observar diferentes tamaños de cuadrados y su conjunción me flipa... o que simplemente lo miro y me gusta 🙂
Pero a ti te puede parecer horrible, un sin sentido y algo que podría hacer "cualquiera" pero resulta que se le ocurrió a Piet Mondrian.....
¿Y quién ha empezado a pintar y quiere ver resultados bonitos enseguida? Todos 😀
Mi experiencia me dice, que a la mayoría le importa más lo que opinen los demás de su cuadro, que su propia opinión y esto la verdad es que es triste.
Tu puedes pintar un cuadro de proporciones perfectas, peso visual de 10, colores totalmente complementados, estética fina... puedes ser un hacha pintando cuadros de sobresaliente, pero no traspasar a nadie cuando lo observe.
El cuadro no acaba cuando el pintor lo ha acabado de pintar, el cuadro empieza justo en ese momento para todos los que lo observen. Sea bonito, feo o de proporciones perfectas. Te transmitirá a ti o a mi o a los dos y ahí esta la magia.
Debate 2
El segundo debate empieza cuando coges un pincel. En esta sociedad de prisas por acabar todo, también el pintor o artista se lanza a pintar con la mayor rapidez para que todo quede perfecto enseguida cuando realmente la magia está en el proceso de ver cómo cada obra avanza sea de la forma que sea.
Yo he tardado en aprender esto y es el punto clave de lo que he creado esta vez. Yo no me senté en la mesa, dibujé margaritas, las coloqué con esa altura y cuadré todo milimetricamente para que cuadrara. Te aseguro que no.
Primero dibujé las margaritas, luego les di color y luego las desdibujé con el rotulador de punta fina.
Pasaron unos días y vi la frase ahí dibujada "en mi cabeza" y pensé: puedo poner un fondo azul y dibujar las letras bonitas en la parte superior. Eso sí, lo más lineal posible sin dejar a un lado el baile que provoca la colocación de las letras sobre el papel....
Pude hacer eso y lo hice.
Es decir, disfruté del proceso sin ver el resultado inicialmente y este es uno de mis mayores logros con esta lámina. Ojalá fueran todas así, ojalá la serenidad me permita aceptar las cosas que no puedo cambiar y me de sabiduría para reconocer con lo que disfruto.
Disfruté del proceso pero... ¿me gusta el resultado? El primer día no me gustaba, hoy me gusta un poco más 🙂
PD: ¿sabéis qué? Piet Mondrian no finalizó la obra a la que hago referencia en este post. El seguiría disfrutando del proceso, quitando la cinta de carrocero si Mondrian siguiera vivo. No es el caso, por lo que esta obra es «una indecisión suspendida» bonita.
Gracias siempre
"Tener serenidad para cambiar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar aquellas que si puedo y sabiduría para reconocer la diferencia"