Yo tenia una idea. Mi idea era estampar hojas de la zona donde viven mis padres, en un tablón de aglomerado. El cómo ya se iría viendo.

Tenían que ser hojas autóctonas de aquí, de Galicia. Hojas de árboles que se encuentran con facilidad por esta zona, de diversas formas y tamaños. 

Le expliqué la idea a mi madre.

Creo que al principio no entendió mucho qué idea loca se me había pasado por la cabeza, pero le pregunté que si me ayudaba y dijo que sí 🙂

Papá, necesito hojas de aquí. ¿Cuántas? ¿Cuáles? Hojas de aquí, de diferentes árboles de la zona. Las que te gusten a ti. 

No hay nada como hacer un encargo y que de repente te encuentres un montón de hojas en una bolsa 😀 y hasta descubra nombres de árboles que no habías oído nunca. 

Inicialmente íbamos a hacer dos tablones, uno mi madre y otro yo, pero al final preparé un tercero para poder ocupar un espacio de la nueva zona chill out que mis padres han montado en casa. Ahí están colgados, entre sofás bonitos, aire frio, plantas y la típica piedra de laja de esta casa. 

• Mamá, nos vamos a manchas las manos.
• Mamá, ¿Qué colores te gustan más?
• LeTi, no hemos puesto nada de rojo....
• LeTi, esta hoja no ha quedado muy bien. No pasa nada mamá, luego la repasamos.

¿Tu sabes cuando estás viviendo un momento y realmente no te das cuenta de la magia que tiene hasta que ha pasado? Pues ocurrió un poco así, hasta que me di cuenta de que ocurría. A mitad de obra más o menos.

Tengo una facilidad increíble por querer inmortalizar momentos que muestran una evolución. Es decir, una foto del tablón con las primeras hojas estampadas, luego otra foto con algunas más, hasta que el agua donde limpiábamos el pincel ya no era ni blanca ni verde, sino gris. 

Mi idea con las manos todavía sin manchar, era crear un fondo de hojas de colores y luego con un color más oscuro, inmortalizar la forma de un helecho en el medio. Esta idea murió en el camino porque solo la composición del fondo, tenía la suficiente fuerza como para ser. Y así fue.

Gracias siempre.

LeTi