En la actividad semanal de la Escuela de Lettering hay personas de todas las edades. La alumna más pequeña tiene 10 años, pero la más mayor está jubilada.

El lettering es una de las actividades a las que asiste en su vida ajetreada entre zumba, quizá natación, colaboración con una asociación y menesteres varios. Inquieta es un poco 🙂

Ella no había dibujado letras nunca y la palabra lettering llegó a su vida porque su sobrina venía conmigo a aprender a dibujar letras bonitas. Por lo que tía y sobrina asisten a la actividad semanal y comparten letras, risas y color. 

Como todas las alumnas, empezó por el principio. Trazo arriba, trazo abajo, curvas... para continuar con las letras y hacer sus pinitos con la acuarela.

Atrevimiento no le falta porque se suelta y fluye.

• ¿Hay que hacer un fondo con líneas al son de la música? Lo hacemos.
• A ella se le da mejor dibujar fondos bonitos que dibujar números, ¡no problem! Intercambiamos los papeles y ella crea los fondos y su sobrina los números 🙂
• ¿Hay que mancharse las manos porque la esponja permite hacer fondos bonitos? Vale 🙂

Ella se adapta a todo. 

De hecho, se atreve a dibujar nombres de personas sin haber acabado de practicar todas las letras del abecedario. No hay miedos, no hay miedo a que la juzguen, solo quiere pasarlo bien y disfrutar. 

Ideal no, lo siguiente

Eso sí, en los años que llevo dando clase de lettering ella es la excepción que confirma la regla en una cosa. Y os aseguro que todavía me sorprende y su sobrina y yo sonreímos cómplices. Os explico.

Existen muchos tipos de rotuladores brush pen. El primero con el que se aprende la técnica suele ser un rotulador algo duro con una punta pequeña. Una vez que se le coge el truco, todo va fluyendo y siempre se suele volver a este rotulador cuando algo no sale.

Después, se suele continuar con un rotulador brush-pen, en teoría más difícil de manejar, con una punta más larga y más blanda. El terror de los acostumbrados a la punta dura y pequeña 🙂 (al principio, claro).

Pues ella va al revés.

Domina mejor la técnica con el blando y largo que con el duro y corto. 

Esto que a priori es un problema, no lo es porque si esto es así, sé que el pincel con depósito también lo dominará mejor y el trazo suelto que suele salir con este tipo de brush-pen a ella le sale más estable. Ver para creer, ver para aprender 🙂

Cada alumna es única y siempre se aprende. ¡Siempre! De la protagonista de hoy por supuesto que también. 

Gracias por venir, gracias por la paciencia, la sonrisa y tu forma dulce y salada de amenizarnos las tardes. 

Gracias siempre.

LeTi