Dicen que si estás enfadado, dibujas líneas y si quieres recordar dibujas laberintos. Yo he dibujado laberintos de letras formados por las siempre presentes líneas.

Esta idea surgió hace unos días en el trabajo. Los alumnos exponen proyectos y nosotros escuchamos y luego evaluamos. Entre medias hay algún descanso y siempre comentamos el proyecto escuchado, y me puse a letterear sin letterear con un boli negro.

Estaba escrita en mi cuaderno del instituto el nombre de la localidad en la que trabajo y me puse a repasarla con descaro y fuerza. Se conoce que ese día estaba más descentrada porque la "B" parecía más un garabato lleno de imperfecciones con dos barrigas que se salían del papel que una "b" armoniosa y feliz 🙂 En el abecedario que luego hice los rayones son mucho más uniformes. Días...

Ideas venid a mí!