Me he educado en la escuela en la que el que sacaba mejores notas, hacía las cuentas más rápido y se sabía todo de «pe a pa» era el mejor alumno del mundo mundial. El famoso coeficiente intelectual ese que nos crucificaba en 2º, 3º de BUP y nos decía: tú podrás estudiar una carrera, tu…. mejor no lo intentes. A mí me lo dijeron.
Hoy estoy en el otro lado, y aunque las aulas no han cambiado mucho estéticamente, las mesas siguen siendo de color verde agua, sigue habiendo pizarras de tiza y la disposición de las mesas, al menos en secundaria, sigue siendo muy parecida a aquellos años, ahora existen ordenadores, proyectores y un objetivo modificado en algunos profes.
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