Parece mentira que en los tiempos que corren no valoremos que la luz se encienda, que el agua corra por las tuberías, que te puedas duchar con agua caliente, que te alimentes diariamente, que los pájaros canten, que las plantas crezcan, que haya alguien que te escuche, que respiras…. (y 1000000 más)
Tampoco somos conscientes la mayor parte del tiempo que sentimos, lo bueno y lo menos bueno, que estamos cerca de personas y animales que vibran con nosotros y que te sienten sea físicamente o de otra forma. No valoramos esas pequeñas cosas todo lo que deberíamos.